Cuando la cultura, costumbres o patrimonio de nuestros pueblos se pierden, un pedacito de nosotros se muere con ello. Así se entiende en la novela del escritor estadounidense Ernest Hemingway, el hombre está unido a sus semejantes, a su entorno, a lo que le rodea y a lo que construye. Cuando muere alguna de esas cosas, nace un pequeño vacío en todos nosotros.

En la localidad burgalesa de Cornejo algo parecido pasaba, un trocito de historia y patrimonio estaba olvidado, muerto. El reloj de su campanario, con más de tres siglos de existencia, estaba mudo desde hacía mucho tiempo. Por lo tanto, una parte de todos nosotros también estaba perdida.
Sin embargo, gracias al esfuerzo, dedicación y trabajo desinteresado de vecinos y personas amantes de sus raíces, historia y compromiso sincero con su pueblo, y por ende, con ellos mismos, han conseguido volver a poner en marcha ese reloj tricentenario para que las campanas del municipio suenen de nuevo.

En esta ocasión, MECA ha sido la encargada de diseñar y construir el cuadro eléctrico para que la maquinaria del reloj funcione correctamente. Un labor mínima pero de la cual se enorgullece todo el equipo al considerar que no solo el trabajo está bien hecho sino que ayudamos a recuperar aquella parte perdida de todos nosotros.

Gracias a todos los participantes en el proyecto, las campanas volverán a repicar en el pequeño municipio de Cornejo, pero su sonido, al contrario que en la novela, nunca será para anunciarnos una perdida, sino que nos recordará que el vacío de antaño, ha desaparecido para hacernos más completos.
